Seguro que has oído hablar del piel con piel. Quizá lo viste en una película, te lo comentó una amiga o lo leíste en algún folleto durante el embarazo. Pero, ¿sabes realmente lo que es y por qué es tan increíblemente beneficioso tanto para tu bebé como para ti?
Lejos de ser una moda pasajera, el contacto piel con piel es una práctica ancestral, instintiva y respaldada por la ciencia. Es, en esencia, volver a lo básico, a la conexión más pura. Y lo mejor de todo es que es algo sencillo, gratuito y que cualquiera de los progenitores puede hacer. ¡Vamos a descubrir su magia!
¿Qué es exactamente el contacto piel con piel?
La definición es muy simple: consiste en colocar a tu bebé, vestido solo con el pañal, directamente sobre tu pecho desnudo. Después se os cubre a ambos con una manta o una toalla para mantener el calor.
Esta práctica, también conocida como «método canguro«, se recomienda iniciarla justo después del parto, en lo que se conoce como la «hora sagrada». Ese primer contacto ininterrumpido es fundamental, pero sus beneficios no terminan ahí. Puedes y debes seguir practicando el piel con piel durante los días, semanas y meses siguientes.
No es solo un abrazo largo. Es una conversación sin palabras entre tu cuerpo y el de tu bebé, una herramienta biológica que pone en marcha mecanismos asombrosos.
Beneficios del piel con piel para tu bebé
Tu pequeño acaba de llegar a un mundo lleno de estímulos nuevos: luces, sonidos, temperaturas… El contacto piel con piel es su refugio, su vuelta a la seguridad del útero. Los beneficios para él son enormes.
Estabilidad y regulación natural
Cuando tu bebé está sobre tu pecho, sucede algo mágico. Tu cuerpo se convierte en su termostato personal. Si el bebé tiene frío, tu temperatura corporal aumenta ligeramente para calentarlo. Si tiene calor, tu cuerpo se enfría. ¡Increíble, pero cierto!
Además, el sonido rítmico de los latidos de tu corazón y tu respiración tranquila le ayudan a estabilizar su propio ritmo cardíaco y respiratorio. Esto es especialmente vital para los bebés prematuros, pero beneficioso para todos los recién nacidos.
Un empujón para la lactancia materna
Si tu deseo es amamantar, el piel con piel es tu mejor aliado. Este contacto cercano estimula la liberación de hormonas en la madre que favorecen la producción de leche.
Para el bebé, el olor del pecho materno y el calor desencadenan los reflejos del recién nacido, como el reflejo de búsqueda (girar la cabeza buscando el pezón) y el de succión. De hecho, muchos bebés que hacen piel con piel justo al nacer son capaces de reptar instintivamente hasta el pecho y agarrarse por sí solos. Esto, como bien explica UNICEF en sus guías sobre el tema, facilita enormemente el inicio y el éxito de la lactancia.
Menos llanto y menos estrés
Los bebés que practican piel con piel de forma regular lloran menos y muestran niveles más bajos de cortisol, la hormona del estrés. En su lugar, liberan oxitocina, conocida como la «hormona del amor», que les proporciona una profunda sensación de calma, seguridad y bienestar. Es como un bálsamo natural contra la ansiedad de estar en un mundo nuevo y desconocido.
Y para ti, ¿qué ventajas tiene el método piel con piel?
No creas que los beneficios son solo para el bebé. Tú también sales ganando, y mucho. El posparto es una etapa intensa y el piel con piel puede ser una herramienta maravillosa para transitarla.
Fortalece el vínculo afectivo
Esa misma oxitocina que calma a tu bebé inunda también tu organismo. Esta hormona es clave en la creación del vínculo afectivo. Sentir a tu bebé tan cerca, su olor, el peso de su cuerpecito sobre ti… todo ello refuerza los sentimientos de amor y protección, y te ayuda a conectar con tu hijo a un nivel muy profundo. Es una experiencia que también es fundamental para los padres, ya que les permite crear un lazo íntimo desde el primer momento.
Aumenta tu confianza y reduce la ansiedad
Cuidar de un recién nacido puede ser abrumador. El contacto piel con piel te ayuda a sentirte más competente y seguro en tu nuevo rol. Aprenderás a reconocer antes las señales de hambre o incomodidad de tu bebé, lo que reduce la frustración y la ansiedad. Además, está demostrado que practicar el piel con piel puede disminuir el riesgo de sufrir depresión posparto.
Ayuda con la lactancia y la recuperación
Como mencionamos antes, si decides amamantar, este método es un gran estímulo para tu producción de leche. La oxitocina liberada no solo ayuda a que la leche fluya, sino que también provoca contracciones uterinas que ayudan a que el útero vuelva a su tamaño original más rápidamente y reduce el sangrado posparto. La Asociación Española de Pediatría destaca estos beneficios como parte integral del cuidado tanto del bebé como de la madre.
¿Cómo y cuándo practicar el piel con piel?
Es muy sencillo y puedes hacerlo en cualquier momento del día que os venga bien a ambos.
- Busca un lugar cómodo: Un sofá, un sillón o la cama son sitios perfectos. Ponte en una posición semi-reclinada para que puedas ver la cara de tu bebé.
- Prepara el ambiente: Asegúrate de que la habitación tenga una temperatura agradable para que ninguno de los dos pase frío.
- Coloca a tu bebé: Quítale la ropita, déjale solo el pañal, y ponlo sobre tu pecho desnudo, en posición vertical. Su cabeza debe estar girada hacia un lado para que su nariz y su boca estén siempre despejadas y pueda respirar sin problemas.
- Cúbrete: Usa una manta ligera para taparos a los dos y mantener el calorcito.
- Disfruta del momento: Olvídate del móvil y de las distracciones. Concéntrate en tu bebé, en su respiración, en su calor. Habla con él suavemente, cántale o simplemente disfruta del silencio. No hay un tiempo mínimo o máximo, deja que tu instinto y las necesidades de tu bebé te guíen.
En definitiva, el contacto piel con piel es mucho más que una técnica; es un gesto de amor con un poder biológico inmenso. Es una de las mejores bienvenidas que puedes darle a tu bebé y un regalo para ti que te ayudará a navegar la increíble aventura de la maternidad y la paternidad.
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Preguntas Frecuentes
Q: El otro progenitor, ¿puede también hacer piel con piel? ¿Qué beneficios tiene para ellos?
A: ¡Por supuesto! Es una práctica muy recomendable para el otro progenitor. Este contacto fortalece enormemente su vínculo con el bebé, ayuda a regular la temperatura y el ritmo cardíaco del pequeño, y reduce el estrés de ambos gracias a la liberación de oxitocina, la hormona del amor y la conexión.
Q: ¿Hay un tiempo mínimo o máximo para cada sesión de piel con piel y hasta qué edad se recomienda?
A: No hay una regla estricta. Lo ideal es que las sesiones duren al menos 60 minutos para permitir que el bebé complete un ciclo de sueño, pero cualquier cantidad de tiempo es beneficiosa. Puedes seguir practicándolo durante los primeros meses, o mientras tú y tu bebé os sintáis cómodos y lo disfrutéis.
Q: Si no voy a dar el pecho, ¿sigue siendo beneficioso practicar el piel con piel?
A: Totalmente. Aunque es un gran aliado de la lactancia materna, sus beneficios van mucho más allá. La regulación de la temperatura y la respiración del bebé, la reducción del llanto, la disminución del estrés y, lo más importante, la creación de un vínculo afectivo profundo, se aplican independientemente del método de alimentación que elijas.