Fiebre en Niños y Bebés: Cuándo Preocuparse y Cómo Actuar en Casa

Fiebre en Niños y Bebés: Cuándo Preocuparse y Cómo Actuar en Casa

Fiebre en Niños y Bebés: Guía para Padres Preocupados (y Ocupados)

La frente caliente, los mofletes sonrosados, esa mirada un poco perdida… y el termómetro lo confirma: tu hijo tiene fiebre. En ese momento, el corazón de cualquier padre o madre se encoge un poquito. Es una reacción universal. La fiebre en niños y bebés es, sin duda, una de las principales causas de consulta pediátrica y de noches en vela.

Pero, respira. Aunque asusta, la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma. Es la respuesta natural y eficaz del cuerpo luchando contra una infección. Es una señal de que el sistema inmunitario de tu pequeño está haciendo su trabajo.

El objetivo de esta guía no es sustituir el consejo de tu pediatra, sino darte herramientas claras y sencillas para que sepas cuándo preocuparte de verdad y cómo actuar en casa para que tu hijo se sienta mejor. Vamos a desmitificar la «fiebrefobia» y a darte la tranquilidad que necesitas.

¿Qué es Exactamente la Fiebre?

Antes de entrar en pánico con el número que marca el termómetro, es fundamental entender qué consideramos fiebre. La temperatura corporal normal de un niño varía ligeramente a lo largo del día.

Se considera que un niño tiene fiebre cuando su temperatura, medida correctamente, es igual o superior a:

  • 38 °C (100.4 °F) si la mides en el recto (la forma más precisa en bebés).
  • 37.5 °C (99.5 °F) si la mides en la axila.

Un apunte importante: una temperatura de 37,2 °C en la axila no es fiebre, es febrícula. Es una señal de que algo puede estar gestándose, pero no requiere la misma actuación que una fiebre alta.

Cómo Medir la Temperatura Correctamente

Para actuar bien, primero hay que medir bien. Olvida el método de poner la mano en la frente; no es fiable.

  • En bebés menores de 3 años: La medición rectal con un termómetro digital es la más exacta.
  • En niños mayores de 3 años: La medición en la axila (axilar) es suficiente. Asegúrate de que la punta del termómetro esté en contacto directo con la piel y mantén el brazo del niño pegado al cuerpo durante el tiempo que indique el dispositivo.

El Número No Lo Es Todo: El Estado General es la Clave

Aquí viene la regla de oro que deberías grabar a fuego: es más importante el estado general de tu hijo que el número que marca el termómetro.

Un niño con 39.5 °C que, tras tomar un antitérmico, juega, sonríe y pide agua, probablemente nos preocupa menos que un bebé con 38.2 °C que está muy decaído, irritable, no quiere comer y apenas se mueve.

Fíjate en estas señales, que son mucho más reveladoras que los grados centígrados:

  • Nivel de actividad: ¿Juega y se mueve con normalidad cuando la fiebre baja un poco?
  • Hidratación: ¿Bebe líquidos? ¿Moja los pañales o va al baño con normalidad? La boca seca o la ausencia de lágrimas al llorar son signos de deshidratación.
  • Estado de ánimo: ¿Está consolable o su llanto es débil e incesante?
  • Respiración: ¿Respira con normalidad o notas que lo hace con dificultad o muy rápido?
  • Color de la piel: ¿Tiene buen color o está pálido, azulado o con manchas extrañas?

Señales de Alarma: Cuándo Debes Consultar al Pediatra (o Ir a Urgencias)

Ahora sí, vamos a lo crucial. Hay situaciones en las que no debes dudar y tienes que buscar atención médica.

Siempre, siempre, siempre llama al pediatra si:

  • Tu bebé tiene menos de 3 meses y una temperatura rectal de 38 °C o más. A esta edad, su sistema inmunitario es muy inmaduro y una fiebre puede ser el único signo de una infección grave. No le des medicación por tu cuenta; llévalo directamente a que lo valoren.
  • Tu bebé tiene entre 3 y 6 meses y una temperatura de 39 °C o más, o si tiene menos fiebre pero parece anormalmente irritable, decaído o incómodo.

En niños de cualquier edad, busca atención médica si la fiebre se acompaña de:

  • Mal estado general: está muy adormilado, cuesta despertarlo, no responde a estímulos o está muy irritable.
  • Dificultad para respirar: notas que se le marcan las costillas, respira muy deprisa o hace ruidos al respirar.
  • Signos de deshidratación: boca seca, no orina en más de 8 horas, llanto sin lágrimas, ojos hundidos.
  • Aparición de un sarpullido o manchas en la piel, especialmente si son de color rojo oscuro o morado y no desaparecen al presionar la piel con un vaso (esto es una urgencia).
  • Dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello o vómitos repetidos.
  • Una convulsión. Las convulsiones febriles, aunque muy aparatosas, suelen ser benignas, pero siempre deben ser evaluadas por un médico la primera vez que ocurren.
  • La fiebre dura más de 3-4 días sin una causa clara (como un resfriado evidente).

Para más información detallada, la Asociación Española de Pediatría (AEPED) ofrece un decálogo muy útil que resume estos puntos.

Cómo Actuar en Casa: Consejos para Cuidar a tu Pequeño

Si tu hijo tiene fiebre pero no presenta ninguna de las señales de alarma anteriores, tu misión es conseguir que esté lo más cómodo posible mientras su cuerpo lucha.

1. Hidratación, la Prioridad Absoluta

La fiebre aumenta la pérdida de líquidos. Ofrece a tu hijo agua, leche, caldo o soluciones de rehidratación oral con frecuencia, en pequeñas cantidades. No te preocupes tanto por la comida; es normal que no tengan apetito. Lo vital es que se mantengan hidratados.

2. Comodidad y Ropa Ligera

El instinto nos pide abrigarles, pero es contraproducente. El exceso de ropa dificulta que el cuerpo libere calor.
* Vístelo con ropa ligera de algodón.
* Tápalo con una sábana fina si tiene escalofríos.
* Mantén una temperatura ambiental agradable en la habitación (unos 20-22 °C).

3. Medicamentos (Antitérmicos): Cuándo y Cómo

El objetivo de los medicamentos como el paracetamol o el ibuprofeno no es eliminar la fiebre por completo, sino aliviar el malestar del niño. Si tu hijo tiene 38.5 °C pero está contento y jugando, no es estrictamente necesario darle un antitérmico.

  • Paracetamol: Suele ser la primera opción. Se puede dar cada 4-6 horas.
  • Ibuprofeno: Es una alternativa, sobre todo si hay inflamación (como en la otitis o faringitis). Se puede dar cada 6-8 horas. No se recomienda en menores de 6 meses.

CRÍTICO: La dosis siempre debe calcularse según el peso de tu hijo, no su edad. Sigue escrupulosamente las indicaciones de tu pediatra o del prospecto. Nunca alternes paracetamol e ibuprofeno por tu cuenta sin recomendación médica, ya que aumenta el riesgo de errores en la dosificación.

4. Mitos y Cosas que NUNCA Debes Hacer

  • NO le des baños de agua fría o helada. El cambio brusco de temperatura es muy incómodo, puede provocar escalofríos (que aumentan la temperatura interna) e incluso un shock térmico. Si quieres bañarlo, que sea con agua tibia (un par de grados por debajo de su temperatura corporal).
  • NO uses friegas de alcohol. El alcohol se absorbe por la piel y puede causar una intoxicación.
  • NO le des aspirina (ácido acetilsalicílico) a un niño o adolescente con fiebre. Se asocia con una enfermedad grave llamada Síndrome de Reye.

Conclusión: Confía en tu Instinto de Padre/Madre

La fiebre en niños y bebés es un mecanismo de defensa natural y, la mayoría de las veces, se resuelve sin complicaciones. Aprender a identificar las señales de alarma te dará seguridad para manejar la situación en casa y saber cuándo es el momento de pedir ayuda.

Recuerda: el estado general de tu hijo es el mejor termómetro. Y ante la duda, la más mínima duda, tu pediatra es tu mejor aliado. Nadie conoce a tu hijo como tú; confía en tu instinto.

Preguntas y Respuestas

Q: ¿A partir de qué temperatura se considera fiebre en un niño?

A: Se considera fiebre cuando la temperatura rectal es igual o superior a 38 °C, o cuando la temperatura axilar (en la axila) es igual o superior a 37.5 °C. Temperaturas inferiores se consideran febrícula.

Q: Mi bebé de 2 meses tiene 38.1 °C de fiebre, ¿qué debo hacer?

A: Debes buscar atención médica de inmediato. Cualquier fiebre de 38 °C o más en un bebé menor de 3 meses debe ser evaluada por un pediatra o en un servicio de urgencias, ya que podría ser el único síntoma de una infección importante.

Q: ¿Es mejor el paracetamol o el ibuprofeno para la fiebre?

A: Ambos son efectivos. El paracetamol suele ser la primera opción recomendada. El ibuprofeno también tiene un efecto antiinflamatorio y puede ser útil si hay dolor asociado a inflamación. El ibuprofeno no se recomienda en menores de 6 meses. La elección debe basarse en el malestar del niño y siempre siguiendo las dosis por peso indicadas por el pediatra.

Q: Mi hijo tiene 39 °C de fiebre pero está jugando y parece contento, ¿debo darle un antitérmico?

A: No es estrictamente necesario. El objetivo de los medicamentos para la fiebre no es bajar el número del termómetro a toda costa, sino aliviar el malestar del niño. Si él se encuentra bien, activo y cómodo, puedes simplemente vigilarlo, mantenerlo hidratado y en un ambiente fresco.

Q: ¿Son peligrosos los baños de agua fría para bajar la fiebre?

A: Sí, se deben evitar. Los baños de agua fría o las friegas con alcohol pueden provocar un descenso brusco de la temperatura, causar escalofríos (que paradójicamente aumentan la temperatura interna) y son muy desagradables para el niño. Si decides bañarlo, usa siempre agua tibia.

Q: ¿Cuándo debo llevar a mi hijo a urgencias por fiebre?

A: Debes ir a urgencias si el bebé es menor de 3 meses, si el niño presenta mal estado general (muy adormilado o irritable), dificultad para respirar, signos de deshidratación, rigidez de nuca, vómitos persistentes o si aparecen manchas en la piel que no desaparecen al presionar.

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