Se acerca el gran día. Los nervios, la ilusión y un montón de preguntas se agolpan en vuestra cabeza. Si estás leyendo esto, probablemente seas la persona que va a acompañar a una futura mamá durante su parto. Quizás seas su pareja, un familiar cercano o una amiga íntima. Sea cual sea tu relación, tienes un papel protagonista y fundamental.
Lejos de la imagen de película del acompañante que se queda en una esquina, nervioso y sin saber qué hacer, tu rol es activo, poderoso y puede marcar una gran diferencia. No eres un mero espectador, eres una pieza clave del equipo. Pero, ¿cómo ayudar de verdad? ¿Qué se espera de ti?
Tranquilo, para eso estamos aquí. En esta guía te vamos a dar las herramientas y los consejos prácticos para que te sientas seguro y preparado para ser el mejor apoyo posible.
¿Por qué es tan importante tu papel?
Antes de entrar en materia, es crucial que entiendas esto: tu presencia y apoyo activo no son solo un gesto bonito. Está demostrado que el apoyo continuo durante el trabajo de parto tiene beneficios reales y medibles.
La madre se siente más segura, más tranquila y con mayor capacidad para gestionar el dolor. De hecho, numerosos estudios, como una exhaustiva revisión de Cochrane, han demostrado que las mujeres que reciben apoyo continuo tienen más probabilidades de tener un parto vaginal espontáneo, menos necesidad de analgésicos y, en general, una experiencia de parto más positiva.
En resumen: tu ayuda funciona.
La preparación es la clave: antes del parto
El trabajo del acompañante no empieza con la primera contracción. Comienza mucho antes, durante el embarazo.
Hablad y cread vuestro plan de parto
La comunicación es vuestra mejor herramienta. Sentaos tranquilamente y hablad sobre vuestras expectativas, miedos y deseos para el día del parto. Es el momento perfecto para elaborar juntos el plan de parto.
¿Qué es un plan de parto? Es un documento donde la madre expresa sus preferencias sobre cómo le gustaría que transcurriera el parto y el nacimiento. No es un contrato inamovible, sino una guía de comunicación para el equipo médico. Al elaborarlo juntos, tú te conviertes en el mejor conocedor de sus deseos. Esto te permitirá ser su voz si ella no puede o no quiere hablar durante el trabajo de parto.
Podéis encontrar modelos y guías muy útiles, como la que ofrece el Ministerio de Sanidad de España, para redactar vuestro propio plan de parto.
Fórmate: el conocimiento es poder
Acompañar a alguien en el parto sin saber qué esperar es como ir de copiloto sin mapa. Acudid juntos a las clases de preparación al parto. Aprenderás sobre las fases del parto, técnicas de respiración, posturas que alivian el dolor y masajes.
Este conocimiento no solo te dará herramientas prácticas, sino que también reducirá tu propia ansiedad. Si entiendes lo que está pasando, podrás transmitirle calma y seguridad a la madre.
Empieza la acción: durante la fase inicial del parto
La fase de pródromos o parto temprano puede durar horas o incluso días. Suele ser el tiempo que pasáis en casa antes de ir al hospital. Tu papel aquí es de gestión y calma.
¿Son contracciones de Braxton Hicks o de parto?
Una de las primeras dudas que surgirán es si lo que siente son las contracciones de parto reales o las famosas contracciones de Braxton Hicks. Tu papel es ayudar a diferenciarlas para no ir al hospital antes de tiempo.
- Contracciones de Braxton Hicks: Son irregulares en frecuencia e intensidad. Suelen desaparecer al cambiar de postura, caminar o beber agua. Se sienten más como una tensión en el abdomen que como un dolor que va y viene.
- Contracciones de parto: Se vuelven progresivamente más regulares, más largas y más intensas. No se alivian con los cambios de postura. El dolor suele empezar en la espalda y moverse hacia el abdomen.
Tu tarea es ayudar a cronometrar las contracciones. Usa una app o un simple reloj. Apunta cuándo empieza una, cuánto dura y cuánto tiempo pasa hasta la siguiente. Cuando las contracciones de parto sean regulares (por ejemplo, cada 5 minutos, durando 1 minuto, durante al menos 1 hora), será el momento de llamar a la matrona o ir al hospital, según lo que os hayan indicado.
Crea un oasis de calma
El ambiente en casa es fundamental. Ayuda a crear un espacio tranquilo y relajado.
* Pon música suave que le guste.
* Baja las luces.
* Anímala a darse una ducha o un baño de agua caliente.
* Prepara tentempiés ligeros y asegúrate de que se mantiene hidratada.
* Proponle distracciones: ver una película, caminar por casa, etc.
En el hospital: el apoyo se vuelve fundamental
Una vez en el hospital, tu rol se intensifica. Serás su ancla, su masajista personal, su animador y su defensor.
Apoyo físico: tus manos son mágicas
El dolor del parto es intenso, pero hay muchas cosas que puedes hacer para aliviarlo físicamente.
* Masajes: Un masaje en la zona lumbar durante las contracciones puede ser increíblemente reconfortante.
* Contrapresión: Ejerce una presión firme y constante en la parte baja de la espalda o en las caderas. Pregúntale dónde y con qué intensidad lo necesita.
* Ayuda con las posturas: Anímala a moverse y a cambiar de postura. Ayúdala a apoyarse en ti, a usar la pelota de pilates o a caminar por la habitación.
* Frío y calor: Ten a mano paños fríos para su frente y compresas calientes para la zona lumbar.
Apoyo emocional: tu calma es su ancla
Tu estado de ánimo es contagioso. Si tú estás tranquilo, ella se sentirá más segura.
* Palabras de ánimo: Dile lo bien que lo está haciendo, lo fuerte que es y lo orgulloso/a que estás. Frases simples como «estoy aquí contigo», «cada contracción es una menos» o «lo estás haciendo genial» son muy poderosas.
* Respira con ella: Si ves que pierde el control de la respiración durante una contracción, respira con ella de forma lenta y profunda para ayudarla a encontrar su ritmo.
* Contacto visual y físico: Un simple apretón de manos o mirarla a los ojos puede transmitirle toda tu fuerza y apoyo.
Sé su voz y su defensor
Durante el parto, la madre está concentrada en un trabajo físico y mental agotador. Puede que no tenga la energía para hacer preguntas o tomar decisiones. Aquí es donde tú, como conocedor de su plan de parto, entras en acción.
- Facilita la comunicación: Ayuda a transmitir sus preguntas y preocupaciones al personal sanitario.
- Pide información: Si proponen un procedimiento que no entendéis o que no estaba previsto, pregunta con calma: «¿Cuáles son los beneficios? ¿Hay alternativas? ¿Qué pasa si esperamos un poco?».
- Protege su espacio: Si la habitación se llena de gente o hay demasiado ruido, puedes pedir amablemente un poco más de intimidad.
Después del nacimiento: la «hora dorada» y más allá
¡Lo habéis conseguido! El bebé ya está aquí, pero tu trabajo no ha terminado. La primera hora después del parto, conocida como la «hora dorada», es un momento mágico y crucial para el vínculo.
- Fomenta el piel con piel: Ayuda a colocar al bebé sobre el pecho de la madre y cúbrelos con una manta.
- Sé el guardián: Limita las interrupciones. Las llamadas, los mensajes y las visitas pueden esperar. Protege ese momento íntimo para ellos.
- Encárgate de la logística: Ocúpate de avisar a los familiares más cercanos (si así lo habéis acordado), recoge las cosas y asegúrate de que la nueva mamá tiene agua y algo de comer.
En definitiva, el papel del acompañante en el parto es un viaje de transformación también para ti. Es una oportunidad única para conectar a un nivel profundo y para ser partícipe activo de uno de los momentos más increíbles de la vida. Tu presencia, tu calma y tu apoyo incondicional son el mejor regalo que puedes ofrecer.
Este articulo puede contener enlaces de afiliación
Preguntas Frecuentes
Q: Tengo miedo de molestar al personal médico si hago preguntas o defiendo nuestro plan de parto. ¿Cómo puedo ser un buen defensor sin crear un conflicto?
A: Ser un defensor no significa ser conflictivo. Tu rol es facilitar la comunicación. Haz preguntas con calma y curiosidad, como '¿Podría explicarnos los beneficios de esto?' o '¿Qué alternativas existen?'. Un equipo médico profesional valora un acompañante informado y participativo, ya que vuestro objetivo es el mismo: el bienestar de la madre y el bebé. Tu actitud respetuosa es la clave para asegurar que las preferencias de la madre sean escuchadas.
Q: ¿Qué pasa si las cosas no salen según nuestro plan de parto? ¿Significa que hemos fracasado?
A: En absoluto. Un plan de parto es una guía de preferencias y una herramienta de comunicación, no un contrato inamovible. El parto es impredecible y la capacidad de adaptarse a los cambios es crucial. El verdadero éxito no es seguir un guion al pie de la letra, sino que la madre se sienta apoyada, informada y respetada en cada decisión que se tome, incluso si el camino es diferente al que habíais imaginado.
Q: ¿Y si intento aplicar una técnica de masaje o contrapresión y a ella no le gusta o le molesta?
A: Es muy común que lo que alivia en un momento, moleste en el siguiente. La clave es la comunicación constante y no tomarlo como algo personal. Pregúntale directamente: '¿Esto te ayuda?', '¿Quieres que siga o que pare?'. Tu principal apoyo es tu capacidad de adaptarte a sus necesidades cambiantes. A veces, simplemente estar presente en silencio, ofrecer agua o sostener su mano es la ayuda más valiosa que puedes dar.