Llega un día en la vida de muchos padres en el que una pequeña pregunta empieza a rondar la cabeza: ¿y ahora cómo le quitamos el chupete? Ese objeto mágico que calma llantos, induce sueños y nos ha salvado de más de una rabieta se convierte, de repente, en un reto a superar.
No te preocupes, es una etapa más. Y la buena noticia es que no tienes que hacerlo de forma brusca ni traumática. En este artículo vamos a explorar métodos respetuosos para dejar el chupete, entendiendo que cada niño y cada familia tiene su propio ritmo.
¿Cuándo es el momento ideal para decir adiós al chupete?
La primera pregunta del millón. Si buscas respuestas, verás que no hay un consenso universal, pero sí algunas recomendaciones generales. La Asociación Española de Pediatría (AEP), a través de su web para familias, Enfamilia, sugiere que un buen momento para iniciar la retirada es entre los 12 y los 24 meses.
¿Por qué en esa franja? Principalmente por dos motivos:
- Salud dental: El uso prolongado más allá de los 2-3 años puede afectar al desarrollo de la mandíbula y la alineación de los dientes, causando problemas como la mordida abierta. La Sociedad Española de Odontopediatría (SEOP) también advierte sobre estos efectos en el paladar y los dientes.
- Desarrollo del habla: Con un chupete en la boca, es más difícil para los peques practicar sonidos y palabras, lo que podría retrasar ligeramente la adquisición del lenguaje.
Sin embargo, el «momento ideal» es, sobre todo, un momento de calma familiar. Si estáis en plena mudanza, ha llegado un hermanito, se acerca el inicio del cole o estáis en pleno proceso de control de esfínteres, quizás sea mejor esperar un poco. Acumular demasiados cambios puede generar estrés e inseguridad en tu hijo.
Preparando el terreno: Claves para un adiós sin traumas
Antes de lanzar el chupete por la ventana en un arrebato de desesperación (¡no lo hagas!), es fundamental preparar el camino. Una buena preparación puede marcar la diferencia entre una transición suave y una batalla campal.
Habla con tu peque
Aunque te parezca que es muy pequeño para entender, háblale. Anticípale lo que va a pasar con un lenguaje sencillo y positivo. Evita frases como «ya eres mayor para llevar chupete». En su lugar, prueba con algo como: «Pronto vamos a despedirnos del chupete para que tu boca esté libre para hablar y cantar todo el día».
Elige el momento adecuado
Como mencionamos antes, busca una etapa de estabilidad. Los niños son muy sensibles a los cambios, y añadir la retirada del chupete a una lista de novedades puede ser abrumador. Este proceso, a menudo ligado a otros grandes hitos como el control de esfínteres, requiere paciencia y un entorno tranquilo para que el niño se sienta seguro.
Reduce su uso gradualmente
Si tu hijo usa el chupete durante todo el día, el primer paso es limitar su uso. Podéis pactar que el chupete es solo para momentos concretos: para dormir la siesta, por la noche o si se hace daño. Guardadlo juntos en un «lugar especial» (una cajita, un cajón) y que sea él o ella quien lo coja y lo vuelva a dejar. Esto le da una sensación de control sobre la situación.
Métodos respetuosos para dejar el chupete
No hay una fórmula mágica, pero sí muchas ideas creativas que han funcionado en miles de hogares. Aquí tienes algunas de las más populares y respetuosas.
El Hada de los Chupetes (o el Ratón Pérez)
Este es un clásico por una razón: ¡funciona! La idea es sencilla. Le explicas a tu hijo que existe un hada mágica (o cualquier otro personaje que le guste) que recoge los chupetes de los niños que se hacen mayores y, a cambio, les deja un regalo muy especial.
¿Cómo hacerlo?
1. Hablad sobre el Hada durante unos días para que se familiarice con la idea.
2. Elegid juntos un día para la «entrega».
3. Esa noche, reunid todos los chupetes de la casa en una bolsita o caja y dejadla en un lugar visible.
4. A la mañana siguiente, el chupete habrá desaparecido y en su lugar habrá un regalo que le haga mucha ilusión.
El libro de despedida
Los cuentos son una herramienta maravillosa para que los niños procesen emociones y cambios. Podéis comprar un libro sobre el tema o, mejor aún, ¡crear el vuestro! Haced un pequeño cuento casero con dibujos o fotos donde el protagonista (un animalito o su personaje favorito) decide que ya no necesita el chupete y lo regala o lo guarda. Leedlo juntos muchas veces antes del día D.
La despedida simbólica
Involucrar al niño en el proceso de despedida le da poder y autonomía. Podéis organizar un pequeño ritual:
- «Enviarlo por correo»: Decorad una caja como si fuera un paquete, meted dentro los chupetes y llevadlo a un buzón de Correos para «enviárselo a un bebé que lo necesite más».
- «Plantarlo» en el jardín: Cavad un pequeño agujero en una maceta o en el jardín y «plantad» el chupete para que «crezca un árbol de chuches» (al día siguiente, puedes dejarle una piruleta o golosina en el sitio).
Afrontando los retos: El destete nocturno y las rabietas
Seamos sinceros: el mayor desafío suele llegar por la noche. El destete nocturno es la fase más complicada porque el chupete está fuertemente asociado al sueño y la calma. Aquí es donde necesitarás una dosis extra de paciencia.
Consejos para un destete nocturno más llevadero
Cuando tu hijo pida el chupete en mitad de la noche, va a necesitar que le ofrezcas una alternativa de consuelo.
- Más mimos que nunca: Prepárate para ofrecer muchos abrazos, caricias y palabras de consuelo. Quédate a su lado hasta que se calme.
- Refuerza la rutina de sueño: Un baño relajante, un masaje, un cuento… Crea una rutina predecible y tranquila que le ayude a relajarse sin necesidad del chupete.
- Ofrece un objeto de transición: Un peluche nuevo, una mantita suave o un «doudou» pueden convertirse en su nuevo compañero de sueños. Preséntaselo unos días antes de quitar el chupete para que se vaya familiarizando.
- Sé consistente: Esta es la clave. Si una noche, agotado, cedes y le devuelves el chupete, el proceso de destete nocturno se alargará y será más confuso para él. Mantente firme, pero siempre desde el cariño.
¿Y si hay llantos y rabietas?
Los habrá. Y es normal. El chupete es su herramienta para autorregularse, y quitárselo es como quitarle a un adulto su café de la mañana. Su reacción es una expresión de frustración y tristeza.
Tu papel es validar esa emoción. En lugar de decir «no llores, no es para tanto», prueba con «sé que echas de menos tu chupete, es normal sentirse triste. Estoy aquí contigo». Acompáñale en su sentimiento sin juzgarlo. Ofrece abrazos y consuelo, pero no el chupete.
Lo que NO debes hacer al quitar el chupete
Tan importante como saber qué hacer es saber qué evitar.
- No uses la vergüenza ni el castigo: Frases como «los bebés llevan chupete, tú ya no eres un bebé» o castigarle por pedirlo son contraproducentes y dañan su autoestima.
- No mientas: Decirle que lo ha perdido un monstruo o que se lo ha comido el perro puede generar miedos innecesarios. Es mejor optar por una historia mágica y positiva.
- No lo untes con cosas desagradables: Poner vinagre, limón o pimienta en el chupete es un método antiguo y poco respetuoso que puede generar una experiencia muy negativa y de desconfianza.
Dejar el chupete es un gran paso en el camino hacia la autonomía de tu hijo. Es un proceso que pone a prueba la paciencia de toda la familia, pero también una oportunidad para conectar, ofrecer consuelo y demostrarle que puede superar los retos con tu apoyo incondicional.
Recuerda: cada niño es un mundo. Lo que funciona para uno puede no funcionar para otro. Confía en tu instinto, observa a tu hijo y elige el camino que mejor se adapte a vuestro ritmo. ¡Mucho ánimo, lo estáis haciendo genial
Preguntas Frecuentes
Q: Mi hijo ya tiene más de 3 años, ¿es demasiado tarde para quitarle el chupete? ¿Sigo los mismos pasos?
A: No, nunca es demasiado tarde; de hecho, es muy recomendable hacerlo para cuidar su salud dental y el desarrollo del habla. Con un niño mayor, tienes la ventaja de que puedes razonar más con él. Explícale de forma sencilla por qué es bueno para sus dientes y para hablar mejor, e involúcrale activamente en la decisión, como elegir juntos el regalo que le traerá el Hada de los Chupetes.
Q: Mi hijo solo usa el chupete para dormir. ¿Cómo puedo reducir su uso gradualmente en este caso?
A: Si su uso es exclusivo para dormir, el enfoque gradual se centra en la preparación. Semanas antes de la retirada, introduce un nuevo objeto de consuelo (un peluche, una mantita) durante la rutina de sueño. Así, el niño creará una nueva asociación positiva para dormir. Cuando llegue el momento de la despedida definitiva del chupete, ya tendrá una alternativa de confort establecida que le ayudará en la transición.
Q: Intentamos el método del Hada de los Chupetes, pero mi hijo sigue llorando y pidiéndolo por la noche. ¿Qué hago?
A: Es una reacción completamente normal; las primeras noches son las más duras. Lo más importante ahora es ser consistente. Valida sus sentimientos («Sé que lo echas de menos, estoy aquí contigo») pero mantente firme en no devolvérselo. Ofrece mucho consuelo alternativo: abrazos, caricias y tu presencia hasta que se calme. Ceder solo alargará el proceso y lo hará más confuso para él.