Críticas sobre tu forma de criar: Guía para gestionarlas sin dramas

Si eres madre o padre, seguro que esta escena te suena: estás en una reunión familiar, tu peque tiene una rabieta y, de repente, tienes a cinco expertos en pedagogía a tu alrededor dándote consejos que no has pedido. «¡No le dejes que se salga con la suya!», «En mis tiempos, un buen cachete y se acababa la tontería», «Lo estás malcriando, por eso se pone así».

Respira hondo. No estás solo/a. Gestionar las críticas del entorno sobre tu forma de criar es, posiblemente, uno de los mayores desafíos de la maternidad y la paternidad moderna. Sobre todo, cuando has decidido apostar por un camino como la **crianza respetuosa**.

Hoy vamos a hablar de por qué duelen tanto esas opiniones, cómo entender de dónde vienen y, lo más importante, qué herramientas puedes usar para gestionarlas sin perder los nervios (ni la relación con tu cuñado).

## ¿Por qué duele tanto la crítica cuando se trata de nuestros hijos?

Seamos sinceros: una opinión sobre la película que viste anoche te resbala, pero una crítica sobre cómo calmas a tu hijo o qué le das de comer puede sentirse como un ataque personal. Y en parte, lo es.

La crianza saca a la luz nuestras mayores vulnerabilidades e inseguridades. Queremos hacerlo lo mejor posible para nuestros hijos, y pasamos horas informándonos, leyendo y dándole mil vueltas a cada decisión. Cuando alguien, especialmente un ser querido, cuestiona esas decisiones, es normal sentir:

*   **Invalidación:** Sientes que tu esfuerzo y dedicación no se valoran.
*   **Inseguridad:** "¿Y si tienen razón? ¿Y si lo estoy haciendo fatal?". La duda es la sombra de cualquier padre o madre.
*   **Frustración:** Es agotador tener que justificar constantemente por qué haces las cosas de una determinada manera, sobre todo cuando estás a tope con la logística del día a día.

**La clave es entender que esos sentimientos son válidos.** No eres "demasiado sensible". Estás protegiendo lo que más quieres y el modelo de familia que estás intentando construir.

## El choque generacional: "En mis tiempos no se hacía así"

La mayoría de las críticas no solicitadas provienen de nuestros propios padres, suegros o tíos. Personas que nos quieren con locura, pero que criaron en un contexto totalmente diferente.

Frases como "pues a ti te dejamos llorar y tan mal no has salido" son un clásico. Pero la realidad es que la ciencia ha avanzado. Lo que antes se basaba en la intuición o en la tradición, ahora está respaldado por décadas de estudios sobre el desarrollo cerebral infantil, la psicología y la importancia de los vínculos.

Hoy sabemos que atender el llanto de un bebé no lo "malcría", sino que le enseña que sus necesidades son importantes y que puede confiar en sus cuidadores, sentando las bases para un **apego seguro**. Sabemos que la **disciplina positiva** no va de ser permisivos, sino de enseñar habilidades para la vida sin recurrir al miedo o la humillación. Como bien explican desde la Asociación Española de Pediatría en su portal "En Familia", la disciplina positiva se enfoca en educar con firmeza y cariño a la vez, fomentando el respeto mutuo.

**No se trata de decir que nuestros padres lo hicieron mal.** Lo hicieron lo mejor que supieron con la información que tenían. Simplemente, ahora nosotros tenemos acceso a más y mejor información.

## Claves para gestionar las críticas sobre tu forma de criar

Vale, ya hemos entendido por qué nos afecta y de dónde suelen venir las críticas. Ahora, a lo práctico. ¿Qué hacemos cuando tu suegra insiste en que el niño necesita "mano dura"?

### Identifica la intención (no siempre es mala)

Antes de saltar, haz una pausa y pregúntate: ¿Desde dónde viene este comentario? ¿Es una crítica destructiva para hacer daño o es una muestra de preocupación, aunque expresada de forma torpe? En la mayoría de los casos, sobre todo si viene de la familia, la intención es buena. Tu madre no quiere que tu hijo sea un tirano, quiere que sea una persona de bien. Simplemente, sus "herramientas" son diferentes a las tuyas.

**Reconocer la buena intención puede ayudarte a responder con más calma y menos a la defensiva.**

### Ten tus "porqués" muy claros: el poder de la crianza respetuosa

Cuando estás convencido/a de tu modelo de crianza, las críticas externas pierden fuerza. Si has elegido la **crianza respetuosa**, no es por capricho ni por moda. Es porque entiendes sus beneficios a largo plazo.

Tener claros tus "porqués" te da seguridad. La **crianza respetuosa** va de:

*   **Conectar** con tus hijos a nivel emocional.
*   **Validar** sus sentimientos (incluso los que no te gustan, como la rabia).
*   **Acompañar** en lugar de imponer.
*   **Establecer límites** desde el respeto y la firmeza, no desde el autoritarismo.

El objetivo final no es tener un hijo obediente, sino un adulto empático, autónomo, con buena autoestima y capaz de gestionar sus emociones. El objetivo es construir un **apego seguro** que será su refugio para toda la vida. Cuando tienes esto claro, la opinión de turno pierde peso.

### Estrategias de comunicación: qué decir y cómo decirlo

No tienes que dar una clase magistral sobre **disciplina positiva** en cada cena de Navidad. A veces, lo más efectivo es tener preparadas algunas frases cortas y respetuosas para salir del paso.

*   **Para el consejo genérico:** "Gracias por tu preocupación, lo tendremos en cuenta". (Corto, educado y cierra el tema).
*   **Para la comparación directa:** "Entiendo que en tu época se hiciera así. Nosotros estamos probando otra cosa que nos funciona bien". (Validas su experiencia, pero reafirmas tu decisión).
*   **Para la crítica en público:** "Te agradezco el consejo. Si quieres, luego lo comentamos en privado". (Pone el límite de forma elegante y protege al niño de escuchar conversaciones negativas sobre él).
*   **El "disco rayado":** "En casa lo hacemos de esta manera". Repetido con calma las veces que haga falta.

**No necesitas ganar la discusión, solo proteger tu espacio y tus decisiones.**

### Poner límites es sano (y necesario)

Hay veces en que las frases amables no son suficientes. Si las críticas son constantes, minan tu confianza o, peor aún, desautorizan tus normas delante de los niños, es hora de poner un límite más firme.

Poner límites no es ser maleducado, es una parte fundamental del autocuidado y del cuidado de tu familia. Puedes decir algo como:

"Mamá, te quiero muchísimo y sé que te preocupas por nosotros. Pero la forma en que criamos a nuestros hijos es una decisión nuestra como padres. Te pido, por favor, que la respetes, aunque no la compartas. Necesitamos sentir que somos un equipo".

Puede que al principio genere tensión, pero a la larga es la única forma de construir una relación sana basada en el respeto mutuo.

## Recuerda: Tú eres el/la experto/a en tu hijo/a

Puedes leer todos los libros del mundo y seguir a todos los expertos en **crianza respetuosa**, pero al final del día, **nadie conoce a tu hijo como tú**. Nadie sabe qué significa ese gesto, por qué llora de esa manera o qué es lo que necesita para calmarse.

Confía en tu instinto. Esa conexión única que tienes con tu hijo, esa que te permite anticiparte a sus necesidades y entenderle sin palabras, es la herramienta más poderosa que posees. Ese vínculo es la base del **apego seguro**.

Así que la próxima vez que te lluevan las críticas, respira, recuerda tus "porqués" y elige la estrategia que mejor te funcione. Estás haciendo un trabajo increíble, aunque a veces no lo parezca. Y lo más importante: lo estás haciendo desde el amor. Y eso, al final, es lo que de verdad cuenta.

Preguntas Frecuentes

Q: La crianza respetuosa suena a ser demasiado permisivo. ¿Significa que no debo ponerle límites a mi hijo?

A: En absoluto. La crianza respetuosa se basa en poner límites firmes y claros, pero desde el amor y la conexión, no desde el miedo. El objetivo no es la obediencia ciega, sino que los niños entiendan el porqué de las normas y desarrollen la autodisciplina. Es la diferencia entre imponer y guiar.

Q: Me dicen que estoy malcriando a mi hijo por cogerle en brazos cuando llora. ¿Es cierto que se 'acostumbran mal'?

A: No, no lo estás malcriando; estás construyendo un apego seguro. Atender el llanto de un bebé le enseña que sus necesidades son importantes y que puede confiar en sus cuidadores. Esta seguridad es la base para que en el futuro sea una persona independiente y con una buena autoestima. Ignorar su llanto, por el contrario, genera estrés e inseguridad.

Q: ¿Qué hago si un familiar, como un abuelo, ignora mis normas y le da un dulce a mi hijo cuando yo he dicho que no?

A: Es fundamental actuar con calma pero con firmeza. En ese momento, puedes dirigirte a tu hijo y recordarle la norma ('Cariño, gracias, pero recuerda que hemos dicho que los dulces son para después de comer'). Más tarde, habla en privado con el familiar y explícale con cariño lo importante que es para ti que respete tus decisiones como madre o padre para no confundir al niño.

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