Suena el despertador, uniformes, desayunos a la carrera, la puerta del cole… ¡y vuelta a la rutina! Con el inicio del curso, llega también la pregunta del millón para muchas familias: ¿y qué hacemos con las tardes? La oferta de actividades extraescolares es enorme y, a veces, un poco abrumadora. Que si inglés, que si robótica, que si el primo va a judo… ¡Calma!
Elegir una actividad extraescolar no debería ser una fuente de estrés, sino una oportunidad para que nuestros peques exploren, se diviertan y descubran nuevas pasiones. No se trata de llenar su agenda hasta el último minuto, sino de encontrar algo que realmente les motive y les ayude a crecer.
¿Por qué son tan importantes las actividades extraescolares?
Antes de lanzarnos a la piscina, es bueno recordar por qué estas actividades son tan beneficiosas. Más allá de tenerlos entretenidos, las actividades extraescolares bien elegidas son una herramienta de desarrollo fantástica.
- Socializan y hacen nuevos amigos: Fuera del entorno habitual del aula, los niños interactúan con otros compañeros que comparten sus mismos intereses.
- Descubren sus talentos: ¿Quién sabe si en casa tienes a un futuro artista, un deportista de élite o un genio de la música? Estas clases son el campo de pruebas perfecto.
- Potencian habilidades: Desde la motricidad fina en pintura hasta la coordinación en danza, pasando por el pensamiento lógico en ajedrez.
- Ganan confianza y autoestima: Superar pequeños retos, como aprender una canción o marcar un gol, es un chute de energía para su seguridad en sí mismos.
- Aprenden disciplina y compromiso: Asistir a una clase cada semana les enseña a ser responsables y a gestionar su tiempo.
Claves para elegir la actividad extraescolar perfecta
Muy bien, los beneficios están claros. Ahora, ¿cómo acertamos con la elección? La clave está en no pensar en lo que nos gustaría a nosotros, sino en lo que es mejor para ellos.
Observa y escucha a tu hijo/a
Parece obvio, pero a veces se nos olvida. Tu peque es la mejor pista que tienes. ¿Se pasa el día dibujando? ¿Monta coreografías en el salón? ¿No para de construir cosas con bloques? Sus juegos y aficiones naturales te dirán por dónde empezar a buscar. Pregúntale directamente qué le apetece probar. Su opinión es la más importante.
Ten en cuenta su edad y personalidad
No todas las actividades extraescolares son para todas las edades ni para todos los caracteres. Un niño muy tímido podría encontrar en las clases de teatro un espacio seguro para soltarse y vencer su vergüenza en un grupo pequeño. Por otro lado, un niño con energía para dar y regalar quizás necesite un deporte para canalizarla. Para los más chiquitines, lo ideal son actividades basadas en el juego y la experimentación.
No satures su agenda
¡Cuidado con el síndrome del “niño agenda”! Los peques también necesitan tiempo para no hacer nada, para aburrirse, para el juego libre. Esto es fundamental para su desarrollo creativo e imaginativo. Como señala la Asociación Española de Pediatría, el juego es una necesidad para un desarrollo saludable. Una o dos actividades extraescolares a la semana suelen ser más que suficientes. Menos es más.
Ideas de actividades extraescolares para los más peques
Aquí te dejamos algunas ideas agrupadas por categorías para inspirarte.
Actividades artísticas y creativas
Son perfectas para fomentar la imaginación, la sensibilidad y la expresión personal.
- Pintura y manualidades: Ideales para mejorar la psicomotricidad fina, la concentración y, por supuesto, para dar rienda suelta al artista que llevan dentro.
- Clases de música para niños: La música es una de las actividades más completas. No solo es divertida, sino que tiene enormes beneficios para el cerebro infantil, potenciando la memoria, el lenguaje y el razonamiento matemático. Unas clases de música basadas en el juego rítmico y la exploración de sonidos pueden ser una experiencia increíble para ellos. De hecho, estudios como los recogidos por el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona respaldan cómo la educación musical estimula el desarrollo cognitivo.
- Clases de teatro: ¿Quieres que tu hijo gane confianza y mejore su expresión verbal y corporal? Las clases de teatro son una opción fantástica. Aprenden a trabajar en equipo, a ponerse en el lugar de otros y a perder el miedo a hablar en público de una forma súper divertida.
Actividades deportivas
El deporte es sinónimo de salud, disciplina y trabajo en equipo.
- Natación: Más que un deporte, es una habilidad vital. Es una actividad muy completa, de bajo impacto y que les da mucha seguridad en el agua.
- Artes marciales (judo, kárate…): Fomentan el respeto, la autodisciplina y el control del propio cuerpo. Son geniales para canalizar la energía de forma positiva.
- Deportes de equipo (fútbol, baloncesto…): La opción ideal para aprender a colaborar, a seguir reglas y a gestionar tanto las victorias como las derrotas.
La decisión final: ¡a probar!
Ya tienes toda la información. Ahora toca hablarlo en casa y tomar una decisión. Un buen consejo es buscar sitios que ofrezcan una clase de prueba. Así, el niño puede ver si el ambiente, el profesor y la propia actividad le gustan antes de formalizar la inscripción.
Y recuerda, sé flexible. Si después de unas semanas ves que tu hijo va a rastras a las clases de música o que no disfruta del fútbol, no pasa nada. Habladlo y buscad otra alternativa. El objetivo principal de las actividades extraescolares es que disfruten, aprendan y sean un poquito más felices. ¡Esa es la única meta que importa
Preguntas Frecuentes
Q: Mi hijo quiere apuntarse a varias actividades, ¿cuántas son demasiadas?
A: Como regla general, una o dos actividades extraescolares por semana es una cantidad saludable. Es fundamental que los niños conserven tiempo libre para el descanso y el juego no estructurado, que es crucial para su desarrollo y creatividad. Antes de inscribirlo en una tercera actividad, valora si le quedará suficiente energía y tiempo para jugar y simplemente 'ser un niño'.
Q: Mi hijo/a empezó una actividad con muchas ganas pero ahora quiere dejarla, ¿debo obligarle a seguir?
A: Antes de tomar una decisión, es importante hablar y entender por qué quiere abandonar. A veces, es un problema puntual con un compañero o el profesor que se puede solucionar. Si es así, animarle a cumplir con el compromiso (por ejemplo, hasta final de trimestre) le enseña responsabilidad. Sin embargo, si la actividad le genera un malestar genuino y persistente, forzarle no es beneficioso. El objetivo principal es su bienestar.
Q: ¿Y si mi hijo no muestra un interés claro por ninguna actividad en particular?
A: Es algo muy normal. En lugar de presionar, la mejor estrategia es explorar juntos y sin compromiso. Buscad centros que ofrezcan una clase de prueba gratuita. Probar una sesión de judo, un taller de robótica o una clase de música puede despertar una pasión que no sabía que tenía. Plantéalo como una aventura para descubrir cosas nuevas, no como una obligación de elegir algo.